Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar

Con su crónica radial de diez minutos El carnaval va por dentro, Carol Stella Ramírez logró que los oyentes pudieran sentir y ver el Carnaval de negros y blancos de Pasto. Su acercamiento narrativo desde las voces de Leider Salcedo y José Vicente Revelo, creadores que pusieron a disposición del público la carroza “Despojos” y la comparsa de la familia “Los Camacho”, logró entrar en la intimidad, en el goce de preparar una de las fiestas más tradicionales del sur de Colombia. Este programa radial es narrado clara y emotivamente, emplea el sonido ambiente y con edición y musicalización impecables, llena de color y alegría los contenidos testimoniales ofrecidos por los artistas protagonistas.

El propósito de una categoría como la de Estímulos al periodismo joven, es reconocer aquellos trabajos en los cuales sus autores demuestran creatividad, deseos de innovar y adecuado manejo de la técnica. Este premio pretende brindar, a través de la formación académica, herramientas e inspiración a quienes van por buen camino. En televisión, desafortunadamente, el jurado no encontró trabajos que reunieran a plenitud las condiciones ganadoras que halló en los trabajos propuestos en la categoría de prensa escrita. El jurado invita a los jóvenes periodistas a cultivar este formato que ha sido definido como “escritura audiovisual”.

El vértigo de la vida cotidiana actual nos impide dedicar tiempo a lo aparentemente simple y a no prestar suficiente atención a quienes nos rodean y nos quieren. En esta crónica, Nicolás Rocha se toma el tiempo para recrear con un lenguaje cálido, rítmico e imaginativo, la forma en la que se reencontró con su abuelo. Lo hizo gracias a la marihuana que le enseñó a fumar, con el ánimo de aliviar las dolencias que no habían podido ser aplacadas por la medicina tradicional, deteriorando la calidad de vida del anciano. El resultado fue una experiencia entrañable, que nos ha obligado a preguntarnos acerca de la manera en la cual afrontamos la vejez y la enfermedad. La crónica ofrece una mirada al cuidado paliativo que puede brindarse gracias a una planta cuyo uso se encuentra hoy en ambigua situación legal.

El informe especial, elaborado por Valentina Parada Lugo, revela las alarmantesdimensiones que alcanza el desperdicio de alimentos en Cali. Después de cruzar basesde datos, recorrer plazas de mercados, de husmear en basureros, de conversar conencargados de los centros comerciales y de conocer los métodos de procesamiento delas basuras de la ciudad aparece el dato contundente que se convierte en titular: Más demil toneladas de comida se botan en Cali cada día. Después de dar la noticia, la reporterase dedica a demostrar, apoyada en voces de expertos, los daños sociales, económicos yambientales asociados a esta práctica y llama la atención de los responsables. El trabajode Valentina Parada interpela a la sociedad caleña que parece no tener en cuenta eldaño ambiental que el desperdicio produce al planeta y reta al gobierno local a diseñarestrategias para cambiar esta práctica.

A través de un recursivo perfil del gobernador de Guaviare, Nebio Echeverry, laperiodista relata la convivencia entre colonos, paramilitares, políticos, agricultores y ganaderos, en una de las zonas más afectadas hoy por la deforestación, un flagelo quese atribuye, en buena parte, al empresario y funcionario. A pesar del poder del personaje, popular pero también temido en su territorio, la reportera logra abordarlolejos de su zona de seguridad, en un café de Bogotá, donde lo encuentra sin susescoltas y sin su corte de asesores. Allí sostiene con El patrón del Guaviare un extenso y,al parecer, sereno diálogo. El jurado destaca el valor de la joven reportera al confrontara su entrevistado mediante un cuestionario muy bien estructurado.