Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar

Las piezas sometidas a concurso no cumplieron con la calidad exigida para ser premiadas, sobre todo, por la ausencia de juicios de valor. El jurado reconoce los importantes espacios que existen de divulgación cultural en la radio y de pedagogía para la formación de públicos, pero estas propuestas distan del género que es el objeto de esta categoría. Por estas razones la declara desierta e invita a los medios y periodistas a explorar este género que tanta falta le hace a nuestro periodismo cultural.

Existe poca opinión como género periodístico en la televisión colombiana y mucho menos espacios para aventurarse en otros géneros que requieren mayor profundidad como la crítica. Esto lo demuestran los pocos trabajos que se presentaron a concurso en esta categoría y la escasa calidad de los que llegaron. El jurado invita a los directores y productores de los espacios periodísticos a perderle el miedo a este género y los insta a explorarlo.

La mayoría de trabajos presentados en esta categoría se perdían en los meandros del género. Se recibieron crónicas, columnas de opinión y ensayos, difícilmente valorables como crítica. El trabajo ganador, aunque presenta una narración por momentos íntima y siempre acronicada, tiene la ventaja de estar escrito de una manera creativa. Se acerca a la crítica en el sentido de descifrar el modus operandi del escritor y tender un puente entre su obra y el público. No cabe duda de que después de leer este texto de Rigoberto Gil Montoya, quienes no conocían al autor argentino fallecido en enero de 2017 querrán descubrirlo.