Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar

A los cubrimientos periodísticos sobre la pandemia se les han escapado grupos esenciales para la supervivencia de la población. Andrea Pallares, en medio de las dificultades del confinamiento, contactó a personas de uno de esos grupos, el de los camioneros, para averiguar en qué condiciones estaban trabajando por las carreteras del país. Ellos narraron cómo nadie escuchaba sus peticiones, y cómo seguían al volante cargados de miedo ante el contagio, sin protección adecuada ni seguros médicos. Una denuncia que muchos medios ignoraron, pero que no se le escapó a esta joven periodista.

Obtener educación para los hijos es un anhelo de todos los padres de familia. Sin embargo, en las zonas apartadas de los centros urbanos este anhelo puede resultar inalcanzable. Este reportaje cuenta la rutina de una maestra de escuela en Yacopí, que cada día se desplaza en moto, a caballo y a pie, durante varias horas, para enseñarles a unos niños en una escuela rural. Con una imagen cuidada y un buen texto narrativo, los periodistas muestran cómo muchos educadores en Colombia trabajan con dignidad y entrega a pesar de sus dificultades.

Este reportaje, con riguroso contraste de fuentes, revela la inevitable gentrificación que traerá un proyecto urbanístico de la Universidad de los Andes en el barrio donde tiene asiento. La autora termina poniéndose del lado de los vecinos opuestos a la intervención, mientras insinúa sus sospechas sobre las estrategias usadas por la universidad para convencerlos. Plantea, asimismo, una reflexión crítica sobre el papel del periodismo cuando se trata de cubrir conflictos de una comunidad dividida por distintos intereses. Llama la atención que se publique en uno de los medios de la institución.

En un mundo donde nada parece permanecer oculto ante el acoso digital por conocer nuestros datos personales, gustos y hasta sueños, hay espacios globales poco visibles y conocidos. Así lo confirma Julián Camilo Ríos con esta excelente investigación, que nos sumerge en el universo del entretenimiento virtual y nos muestra cómo un simple videojuego logró que 250 millones de personas -entre ellas algunos colombianos- se conectaran, compartieran y compitieran por una bolsa de 4.000 millones de dólares. Este texto sorprende y se convierte es una gran obra del periodismo joven.